Perdóname por quererte a todas horas, por pensarte todo el tiempo. Lo siento, si al instante de despedirnos ya te estaba echando de menos. Claro que también te pido perdón porque un día pensé que no encontraría a nadie como tú. Siento haberte echo reír en varios momentos en los que lo necesitabas. Disculpa por ese miedo que tenía a perderte y por ser tan estúpida de querer estar a tu lado toda mi vida.
Me arrepiento tanto si alguna vez lloraste de felicidad gracias a mi… Pero sobre todo, te suplico que me perdones por no poder olvidarte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario